Nuestro planeta ha estado sufriendo durante mucho tiempo la huella de nuestro paso.
Y ha sido en estos últimos años cuando hemos comenzado a darnos cuenta de las grandes consecuencias que se estaban
desarrollando por nuestra mala conducta (cambio climático, agujeros en la capa de ozono, derretimiento de
los polos…) ,, consecuentes de ello emprendimos y buscamos nuevas formas para seguir con nuestra
calidad de vida pero sin perjudicar a nuestro planeta.
Las personas menos comodonas y
con menos inconvenientes (en ciudades con carril bici, con distancias al
trabajo no muy grandes…) comenzaron a ir al trabajo en bicicleta ya que los
gases de los coches afectan a la capa de ozono debilitándola.
Ahora se han inventado los coches
eléctricos que no necesitan combustibles fósiles sino solo electricidad, lo
cual no son contaminantes y a la larga son más económicos.
Esto ha sido sin
duda una verdadera revolución, el único inconveniente es que aún estos coches
son caros y no todos pueden acceder a uno, lo que hace que recurramos de nuevo
a nuestras amigas las bicicletas.
Los ingenieros acordándose de los
más perezosos, crearon las bicis eléctricas que te permiten combinar el
ejercicio con la comodidad. Cuando el camino no es muy difícil o muy cansado
puedes pedalear como en una bici normal, pero cuando el camino se complica o ya
estas cansado, la bici te lleva haciendo el trabajo por ti de forma eléctrica a una
velocidad máxima de 25 Km/h y entre 30 y 70 Km sin dar un solo pedaleo.
Las hay de muchos tipos: de
paseo, plegables, las que se recargan con tu pedaleo, las que se enchufan simplemente a la
corriente…
Está
claro que será un producto con un interesante futuro comercial que repercutirá
en un gran impacto en la movilidad urbana. Esta es otra buena opción
para seguir cuidando de nuestro planeta de forma cómoda, económica y a veces
más saludable.
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